Cataluña de nuevo Oct 2017 | |
“Ese es un dato político de primer orden” |
Empieza a estar claro que la dinámica de la crisis catalana se está escapando a cualquier tipo de control. Que los hechos que se producen cada día, casi cada hora, empiezan a superar a los dirigentes políticos. Y que el drama puede ir a peor. Acuciada por esa realidad cada vez más palpable, surge la pregunta de si desde fuera, desde la Unión Europea, más concretamente, puede llegar una intervención antes de que las cosas se salgan definitivamente de madre y ya no haya arreglo posible. Y la primera respuesta que viene a la pluma es que, hoy por hoy, no. Que tienen que pasar más cosas para que esa eventualidad tome cuerpo. En el estado actual de la situación, la UE ha dicho todo lo que puede decir hasta el momento. Lo de que “la violencia nunca puede ser instrumento de la política”, en palabras de su portavoz oficial, Margaritis Chinas. Bien visto, no es poco. Porque esa afirmación implica una crítica sin paliativos a la actuación del Gobierno español el 1-O. Una crítica que, además, vendría a reconocer que las imágenes de la represión policial del domingo han impactado tan negativamente en Bruselas como lo han hecho en la opinión de políticos y ciudadanos de todo el continente, y del mundo.
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