Los ciudadanos de la UE quieren una Europa más fuerte. Así lo constata un reciente sondeo realizado en todo el continente. La encuesta certifica además el sentimiento de soledad de los europeos toda vez que los Estados Unidos de Trump parecen más rivales que amigos mientras que China y Rusia van a su bola, que está muy lejos de ser la nuestra.

A pesar de las discrepancias entre países, por el asunto de los dineros para remontar la crisis y los nacionalismos rampantes, la pandemia parece haber reforzado el sentimiento europeísta. Hasta los eurófobos tienen complicado defender la ruptura de la UE con los vientos que soplan fuera de ella y pocos no ven las ventajas de remar juntos y en tan delicado trance. Por fortuna, Alemania acaba de asumir la presidencia de turno de la Unión Europea, y digo por fortuna porque el prestigio y el liderazgo de Angela Merkel nos brinda la oportunidad histórica de que el proyecto europeo se consolide y salga fortalecido de la crisis.