Agentes de la Violencia Dec 2017
policias No movieron un dedo para hacer justicia

 

El chat de los policías municipales madrileños ha venido a ilustrar el rechazo que a muchas personas nos producen esos cuerpos de presunta seguridad. No es gratuito. En una sociedad de paz, quienes decidieran entrar a formar parte de ellos habrían de ser los ciudadanos más pacíficos y comprometidos con el bien común. En una sociedad de violencia sucede lo contrario.

Esta afirmación siempre ha acarreado protestas: que no se puede generalizar y, sobre todo, que si nos vemos en peligro seguro que recurrimos a esos cuerpos. En efecto, yo misma, si me veo en peligro y tengo oportunidad, llamo a la Policía. Pero su asistencia, en el caso de recibirla y de que sea correcta, no ha de considerarse ni extraordinaria ni heroica, sino la obligación inherente a la autoridad que se le ha confiado. Los cuerpos y fuerzas de seguridad son mantenidos con nuestros impuestos y, por tanto, los beneficios (de haberlos) que nos proporcione su desempeño no son sino los propios de un servicio socialmente contratado.

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